Cuando la locura me invade no puedo sino llorar. La muy maldita sólo aparece cuando no hay nadie que pueda venir en mi ayuda, entonces cierro los ojos y cubro mis oídos para que no pueda colarse en mí.
Si me atrapa es como estar al borde de un abismo y que sólo falte un paso para caer describiendo un espiral eterno que nunca llegará al fondo.
No quiero volver a quedarme sola.